martes, 8 de diciembre de 2009

San Apolinar In Classe

San apolinar in classe es una basílica italiana situada en Classe, puerto histórico de Rávena. Pertenece en su plenitud al arte integramente Bizantino.Se construyó durante la primera mitad del siglo Vii, y fue financiada por Giuliano Argentario para el obispo Ursicino. Fue consagrada en 547 por el primer arzobispo Maximiano y se dedicó a San Apolinar, primer obispo de Rávena.
Como podemos apreciar exteriormente la basílica consta de tres naves, de las que el cuerpo de la central está sobreelevado, tiene un ábside poligonal con dos capillas absidiales.

La fachada tiene delante un nártex bajo el que hay mármoles e inscripciones que originalmente formaban un cuadripórtico. Los arquitrabes de la portada son de mármol griego.

A la izquierda de la iglesia está la torre del campanario del siglo IX que se eleva con forma cilíndrica. Esta estructura hace la torre más estable y ligera, impidiendo que se derrumbe.

En el interior de la basílica, las paredes están desnudas, excepto la del ábside, cubierto por un "manto polícromo" de mosaico, de distintas épocas.

En el centro de la basílica, en el lugar del martirio del Santo, hay un altar antiguo. En la parte superior de la zona del ábside, extendiéndose horizontalmente por toda la anchura del arco se representa a Cristo dentro de un medallón circular. A sus lados, en medio de un mar de nubes estilizadas se hallan los símbolos alados de los evangelistas: El Águila, el Hombre , el León y el Ternero o Toro.

La zona superior presenta en los extremos las representaciones de las dos ciudades que tienen las murallas adornadas con piedras preciosas: Jerusalén y Belén, de las que surgen los doce apóstoles con forma de corderos. En los lados del arco hay dos palmeras, que en la literatura bíblica simbolizan al justo. Bajo éstas están las figuras de los arcángeles Miguel y Gabriel, con el busto de San Mateo.

Toda la decoración de la zona del ábside se remonta casi a mediados del siglo VI y puede dividirse en dos zonas:

En la parte superior un gran disco cierra un cielo estrellado sobre el que se sitúa una cruz con piedras preciosas, que simboliza el cruce de los brazos y la faz de Cristo. Sobre la cruz se ve una mano que surge de las nubes: es la mano de Dios. Los tres corderos situados un poco más abajo, con el hocico vuelto hacia la cruz simbolizan a los apóstoles Pedro, Santiago y Juan: es claramente una representación de la Transifguración de Cristo en el Monte Tabor.

En la zona más baja se extiende un verde valle florido, en el que hay rocas, arbustos, plantas y aves. En el centro se erige solemne la figura de San Apolinar, primer obispo de Rávena, con los brazos abiertos en actitud orante: de hecho está representado en el momento de elevar su plegaria a Dios para que conceda la gracia a los fieles que están a su cargo, representados por doce ovejas blancas.

En los espacios situados entre las ventanas están representados cuatro obispos, fundadores de las principales basílicas de Rávena: Ursicino, Orso, Severo y Ecclesio, con hábito sacerdotal y llevando un libro en la mano.

A los lados del ábside hay dos paneles del siglo VII: el de la izquierda, muy reconstruido, reproduce al emperador de Bizancio, Constantino IV, concediendo privilegios a la Iglesia de Rávena a Reparato, enviado por el arzobispo Mauro. En el panel de la derecha aparecen representados Abraham, Abel y Melquisedec en torno a un altar en el que ofrecen sacrificios al Señor.

La elección del tema está fuertemente unida a la lucha contra el arrianismo, que niega la naturaleza humana y divina de Jesucristo, ya que éstos niegan su divinidad.

A lo largo de los muros de la basílica hay situados numerosos sarcófagos que pueden datarse entre los siglos V a VIII y que nos permiten evaluar los cambios de estilo producidos a lo largo de los siglos. De los relieves de los sarcófagos romanos, de una gran plasticidad, con figuras humanas, se pasa a las simbologías bizantinas, con una mayor abstracción y simplificación de esas simbologías.

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