sábado, 21 de noviembre de 2009

Santa Sofia de Constantinopla

La iglesia de Santa Sofía, es una de las obras más sublimes del arte bizantino. Fue construida del 532 al 537, durante el mandato de Justiniano en Constantinopla.

Sus arquitectos, Antemino de Tralles e Isidoro de Mileto, cubrieron el edificio, de planta casi cuadrada, con una cúpula central sobre pechinas. Ésta reposa sobre cuatro arcos, sostenidos a su vez por cuatro columnas. Dos semicúpulas hacen de contrafuerte de la cúpula central y los muros abiertos están asegurados por contrafuertes. La construcción definitiva se llevó a cabo sobre la primitiva basílica de Constantino entre el 532 y el 537. Sus arquitectos realizaron un diseño sin antecedentes, tomando elementos conocidos, pero que se unen en una estructura nueva.

Los otomanos la conviertieron en Mezquita agregando posteriormente los cuatro minaretes que hoy presenta, así como los medallones decorativos interiores.

Su arquitectura es eminentemente espacial. La idea del edificio fue el que la gran cúpula que se iba a construir se sostuviera merced a cuatro arcos reforzados, mediante contrafuertes y semicúpulas que desviaran los empujes.


La planta es un rectángulo de 77 x 71 metros. La cúpula con forma de media naranja, de 56,6 metros de altura y 31,87 de diámetro, se apoya sin tambor en cuatro pechinas y está rodeada por cuarenta pequeños contrafuertes separados por otras tantas ventanas, dando la sensación de luminnosidad . Por fuera, la masa de la gran iglesia se eleva no sin cierta armonía, pero sin demasiada gracia. La cúpula imponía una centralización bastante ajena a las basílicas del pasado, pero gracias a las pechinas y la traslación de los esfuerzos a las naves laterales, así como un refinado uso de la luz, «no parece descansar en base sólida».

El interior, se trata de un espacio más importante, dominado por la gran cúpula que, a causa de las ventanas del tambor parece estar ingrávida, elevándose en el aire. Como los muros interiores estaban totalmente decorados, la intensa luz del Mediterráneo oriental al derramarse sobre ellos, crea una sensación de irrealidad, de espacio realmente “mágico”, encantado, dedicado a la divinidad, que no es de este mundo. La cúpula acentúa la concepción de espacio central , aunque no debemos olvidar que columnas, exedras y casquetes crean también una tensión longitudinal de esencia basilical.

En la nave central nos encontramos con otra de las peculiaridades de Santa Sofía, la tribuna, en la que le monarca tiene su trono. El antiguo matronium cede su puesto al palco real, lo que va a servir de modelo para las iglesias palatinas occidentales. En las laterales destaca también la galería de arcos que horadan el muro, lo cual es posible al no tener que contrarrestar las presiones de la cúpula, gracias al sistema de contrarrestos ordenado descrito más arriba.

Esta iglesia es un lugar dedicado tanto a la glorificación de Dios como del Emperador, con una jerarquización del espacio que deja traslucir el rígido protocolo de la corte, reflejo de la influencia oriental en la cultura bizantina.



sábado, 7 de noviembre de 2009

Haram de la Mezquita de Córdoba

La Mezquita es el edificio más significativo del Islam. Es el lugar de oración en común.Sun función es religiosa y posee un estilo claramente califal. Consta de los siguientes elementos: un gran patio rectangular (sahn), rodeado por un muro, con una fuente para las abluciones rituales (sabil); a un lado está el alminar o minarete, torre desde la que el almuédano llama a oración a los fieles; sala de oración (haram) cubierta, dividida por columnas en naves perpendiculares a uno de los muros (quibla), siempre orientado hacia La Meca; en su centro se abre el mihrab, nicho destinado al imán de la oración, el cual pronuncia el sermón desde el mimbar o púlpito de seis escalones; ante el mihrab hay un espacio reservado para el príncipe (maqsura). Este modelo corresponde al de la mezquita hipóstila, la más común.

La Mezquita de Córdoba fue construida por el emir Abd-al-Rahman I sobre el emplazamiento de la basílica visigoda de San Vicente entre 785-787, con once naves y un patio, siguiendo el modelo de la de Damasco. En el año 833 Abd-al-Rahman II debido al crecimiento constante de la ciudad, hizo la primera ampliación hacia el sur, derribando la quibla y añadiendo 8 tramos. El califa Abd-al-Rahman III añadió algunos retoques,agrandando el patio hacia el norte y añadiendo el alminar).

Al-haken II realizó la segunda ampliación, entre 961 y 969, añadió 12 tramos, una nueva quibla, el mihrab y las dependencias que lo rodean. Por último, entre 987 y 990, el dictador Almanzor hizo la tercera ampliación hacia el este, debido a la proximidad del Guadalquivir, añadiendo ocho nuevas naves. El mihrab quedó descentrado.

La fotografía corresponde al interior del haram. Estamos en la nave central, más ancha, de las once primitivas. Vemos las columnas y arcos que forman las naves y las que cierran la maqsura. Al fondo se aprecian tres puertas en el muro de quibla; la central es la entrada al mihrab,flanqueado por otras dos capillas.



Los materiales utilizados más importantes son la piedra caliza y el ladrillo, que se alternan en las dovelas de los arcos; el muro exterior de la mezquita es de sillares de piedra aparejados a soga y tizón, así como los contrafuertes. El mármol aparece en los fustes de las columnas y en la pared de la quibla. El estuco y los mosaicos recubren las paredes y cúpula del mihrab y la quibla. El techo era de madera.

Se emplean como soportes las columnas , sin basa, con fuste liso y capitel con hojas de acanto estilizadas talladas a trépano, rematado en un cimacio.Encima superponen unos pilares rectangulares con m
odillones de rollos en su base.

Hay doble arquería superpuesta, para conseguir más altura y luminosidad: la superior es de arcos de medio punto y la inferior de arcos de herradura, cumplen funciones de tirante, reforzando la arquería superior. Las dovelas de ambos arcos alternan la piedra blanca con el ladrillo rojo. Acotan la maqsura arcos polilobulados superpuestos y entrelazados; encima hay arcos de herradura sobre pequeñas columnas adosadas.
Los vemos también en las tres puertas de las capillas, enmarcados por un alfiz, moldura rectangular que deja unos espacios intermedios o albanegas. Las dovelas presentan alternancia en decoración.
La cubierta original era plana de madera. Al-Hakem II hizo cuatro ricas cúpulas de nervios califales, elevadas sobre trompas con una estructura octogonal. Los nervios no se cruzan en el centro, con una cúpula gallonada.

La decoración se basa en la alternancia de color de las dovelas utilizando el rojo y blanco, en los capiteles tallados a trépano con la técnica de avispero, y en el juego de las arquerías superpuestas y entrecruzadas. En la zona de la maqsura y del mihrab se encuentra la mayor riqueza ornamental.

Acueducto de los Milagros

Nos encontramos ante el acueducto de los Milagros, situado en Mérida, de arte paleocristiano.
Dicho acueducto tenía como función principal suministrar agua al lado Oeste de la ciudad. Su estructura, de unos 800 metros de longitud, estaba compuesta por triple arcada sobre pilares de cantería y ladrillo de 25 metros de altura, que supera el valle del río o arroyo Albarregas y finalizar en el depósito de distribución de aguas, asentado en el Cerro del Calvario ya en el interior de la ciudad.

Fué llamado acueducto de los milagros porque a los emeritenses les parecía milagroso que tiempos y guerras nunca hubieran acabado con este trecho de casi cincuenta pilares, aún enhiestos para asombro de los siglos.

Su estructura revela la perfección y dominio que los ingenieros romanos llegaron a alcanzar en la solución de este tipo de obras. Consiste básicamente en una serie de sillares y ladrillos, cinco y cinco hiladas respectivamente. Los pilares tienen 3 metros de lado y a veces cuentan con un estribo en talud. Se enlazaban unos a otros por medio de arquerías de ladrillo, aunque en los que flanquean la corriente del Albarregas éstas son de piedra. En la parte superior de las arquerías iba establecido el canal.
La conducción concluía en una de las eminencias de la ciudad, en el cerro de El Calvario, donde a comienzos de la década de los setenta se descubrieron las ruinas de su depósito terminal. La cronología de estas conducciones ha sido muy debatida, pero la teoría general se inclina a considerarlas de época
augustea.Tanto el combinado de materiales, como el sistema de construcción, serán luego imitados por los arquitectos hispanomusulmanes en la Mezquita de Córdoba se ideó el mismo sistema, para así elevar la altura del haram o espacio para orar.